lunes, 23 de noviembre de 2015

Reflexiones breves, pero intensas (III)

En los albores del siglo XX, la eterna controversia entre ciencia y religión pareció decantarse definitivamente en favor de la primera, porque el conocimiento y lo constatado acorralaban sin tregua a las hipótesis e intuiciones indemostrables. Pero, mira tú qué sorpresa, siglo y cuarto después la vieja disyuntiva se reaviva, a cuenta de lo que menos podría haberse imaginado:

"La ciencia es verdad constatada, y por tanto no precisa de ninguna fe: basta con aceptarla. Pero las verdades evidenciadas por la física relativista y la física cuántica desbordan por completo nuestro entendimiento, y además no podemos hacer nada para verificar personalmente lo que postulan; lo que nos coloca en la disyuntiva de rechazarlas -dando la espalda al conocimiento- o aceptarlas... como actos de fe." 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Reflexiones breves, pero intensas (II)

Se ha abierto el tarro de mi cerebro, y lo mismo ya no hay quien lo pare. Va la segunda reflexión:

"Vivir el presente tiene regular fama, pues sistemáticamente se asocia a una especie de irresponsabilidad festiva, como la de la cigarra frente a la hormiga. Pero saborear el presente, ser plenamente conscientes de él, de eso que indefectiblemente sí es algo (¿qué son el pasado y el futuro, si no nostalgia y quimeras?), tiene más posibles enfoques, igualmente sabios y útiles. Por ejemplo: cuando estés en medio de la tempestad no te plantees superarla o atravesarla:  tan sólo, ser capaz de resistir la ola que en ese momento se abate sobre ti. Solo eso. Todo eso. Si sigues respirando, es que has ganado. Y la batalla de mañana, ya la librarás mañana."

lunes, 16 de noviembre de 2015

Reflexiones breves, pero intensas (I)

Muy buenas a todos. Por avatares del destino, estoy metido en un asunto laboral que no cabría calificar precisamente como de glorioso (tengo asumido que estoy en galeras, porque en cierto sentido a lo que me dedico es muy parecido a apalear sardinas), pero que me está viniendo circunstancialmente bien. Por ello llevo algún tiempo sin poner cosillas por aquí, y voy a seguir muy limitado hasta después de Navidades. Pero para no dejaros huérfanos de heno para la rumia de vuestros cerebros, voy a inaugurar una nueva sección, de reflexiones cortitas pero contundentes. Más adelante, el poliedro se desplegará de nuevo en todo su esplendor.

Vamos con la primera.

"Es probable que las cosas sean algo, en sí mismas, pero lo cierto es que a nosotros eso nos da igual: todo es lo que para nosotros es, y nada más. Es el amor porque sabemos de él, como es la risa, una piedra, Marte, Napoleón, el gazpacho o Iker Casillas. Hasta que los periodistas no nos informaron, nadie salía huyendo de Siria. Desde esa perspectiva, seamos un poco más humildes, y no nos pasemos la vida dando soluciones mágicas para problemas de los que sabemos tan poco (y me aplico el cuento)"