POR FAVOR, SOBRE TODO AQUELLOS QUE CONOZCÁIS A ALGÚN BRASILEÑO: AYUDADME A
AYUDARLES, DIFUNDIENDO ESTO
(Llevo algunos meses ausente de este foro,
por falta de tiempo y exceso de trabajo, pero pronto volveré. Entre tanto, me
asomo aquí puntualmente, y a la carrera, por una razón singular)
Se conoce que hace ya demasiado del fin de
la Segunda Guerra Mundial, la población es joven y cree que todo eso está
superado por la historia, perdido en algún cajón del pasado junto a las guerras
napoleónicas y el Imperio Romano. Pues no, chavalotes: mis padres vivieron
aquello en primera persona, e incluso mi infancia y adolescencia se desarrolló
en una teocracia fascista. Y lo que se nos está viniendo encima es primo
hermano de aquello. Estos son otros tiempos, claro, y todo tiene otros modos.
Pero la base, lo que late debajo, es lo mismo.
Emotividad pura, la política convertida en
un Reality. Decirle a la gente lo que quiere oír, apelar a sus emociones más
primarias, a sentimientos irrenuciables. Decir que se lucha contra el demonio,
identificar a los contrarios con todos los males y a ti con el redentor. Hacer
una apropiación indebida y global de lo que todos anhelan, y proclamarte Messias
destinado a redimir a la sociedad de sus pecados.
Si tu pueblo está suficientemente
escaldado y es suficientemente ignorante, manejable y proclive a la
idolatría (como por desgracia le sucede a más de la mitad de la población
brasileña), pues la democracia se alía contigo, oh Messias, y ya son
tuyos. Ya has ganado. Ya puedes quemar el Bundestag, Adolf, y mandar a voluntad
sobre tu rebaño de borregos. Un solo pueblo, un solo líder ¡Heil Bolsonaro...!
Tengo fuertes vinculaciones con Brasil,
pues llevo ya quince felices años junto a una maravillosa bahiana, y dos de mis
cuatro hijos tienen como ella doble nacionalidad, brasileña y española.
Reconozco que no sigo al detalle la política de ese país, aunque sí lo
suficiente como para estar razonablemente al día. Vaya por delante, y que quede
claro, que NO SOY DEL PT, no tengo
adscripción política definida. Por encima de todo, en política soy pragmático.
Los políticos son administradores temporales a los que colocamos ahí para que
gestionen lo público. Y punto. Jamás fui a un mitin, jamás compré una bandera.
Pero siempre asumí de cara las consecuencias de mis actos. Yo, junto con otros
diez millones, puse ahí en su día a Felipe González, y lo mantuve, y luego me
vi obligado a quitarlo de en medio cuando la corrupción se lo comía, para poner
a Aznar. Años después me vi obligado a echar a Aznar (reconozco que más asqueado
de él que lo que lo estuve de Felipe), y a poner a Zapatero, a quien no hubo
otro remedio que terminar quitando por su contumaz torpeza. Lo de poner a Rajoy
no fue culpa mía, a mí no me miréis... Con ese bagaje, confío en que nadie me
tome por extremista de ningún extremo. Pues desde esa ecuanimidad, desde esa
perspectiva, creed lo que os digo:
- El voto castigo es una idiotez, una
rabieta infantil. Con ello no castigas al que lo hizo mal, sino a ti mismo,
dándole las llaves de tu destino a quien no lo merece.
- Votar nulo o en blanco es razonable si
nadie te convence, aunque sí te convenza el sistema (o al menos lo consideres
el menos malo). Pero si uno de los que puede salir, gracias a tu inhibición, se
declara amante de la dictadura y enemigo de la democracia… entonces no puedes
inhibirte: ANTES QUIEN SEA, QUE UN ANTIDEMÓCRATA CONFESO.
- Entiendo la frustración de quienes han
sufrido la corrupción (a un español le vais a venir con eso…), que no es otra
cosa que el abuso de confianza y el atraco de lo que es de todos a manos de los
administradores que habíamos nombrado. Pero echar a los ladrones no puede
hacerse a cualquier precio. No tiene sentido impedir que sea el zorro quien
cuida del gallinero... para poner en su lugar a un lobo.
- Ya la habéis cagado, brasileños de mi
corazón, ya os habéis acorralado a vosotros mismos, poniendo como finalistas a
un PT que arrastra demasiada corrupción como para que nadie se crea que no conserva
aún en su interior gérmenes tóxicos, y a vuestro particular Donald Trump. Tenéis
que elegir entre que os amputen una pierna... o el cerebro. Vosotros mismos;
pero los cojos hablan, escriben, beben cerveza, hacen el amor... y los
lobotomizados solo hacen lo que se les dice que hagan, sin criterio ni gozo
alguno.
-Al margen de lo anterior, conviene no
olvidar que la corrupción no la inventó el PT, como tampoco la inventaron aquí ni
el PSOE ni el PP. Ya estaba antes que todos ellos, y a todos debe
reprochárseles que no hayan combatido como se debía ese terrible cáncer social.
Pero no os hagáis líos: Bolsonaro ya era diputado en 1990, 12 años antes de la
llegada de Lula. Ojo, que no le estoy acusando de nada. Pero que tampoco vega ahora dándoselas de renovador adalid anticorrupción, después de llevar 30 años en
escena.
- Se habla todo el tiempo de lo que
Bolsonaro es, porque él mismo lo confiesa con orgullo: machista, racista,
xenófobo, homófobo, partidario de la tortura, enemigo de la democracia y
admirador de la dictadura; pero apenas se habla de sus políticas. Y su ideario, que
está ahí y es fácil consultar, es espeluznante: estado confesional, marginación
de las minorías (eliminando cualquier clase de ayudas o de discriminación
positiva) cuando no persecución directa, instauración de la pena de muerte,
normalización de la tortura, universalización del uso particular de las armas
de fuego…
- Brasil es un país inmenso y complejo, y
cualquier generalización, de lo que sea, no es otra cosa que una exhibición de
ignorancia y torpeza. Pero nadie podrá negarme, incluidos los 200 millones de brasileños,
que uno de los problemas cruciales de ese país es la existencia de ingentes
bolsas de incultura y pobreza. Da igual que 50 millones de brasileños tengan el
nivel de los suizos: mientras otros cincuenta tengan el de los africanos más pobres,
perdurarán los problemas de narcotráfico, bandas, miseria… y también los de
corrupción, pues es fácil engañar o comprar el voto de los misérrimos e ignorantes. Pues bien: no hay ninguna posibilidad de que el führer Bolsonaro reduzca
los niveles de miseria y de reparto desigual de la riqueza. A lo mejor
disminuyen los de delincuencia… a base de torturar y asesinar al mayor número
posible de delincuentes (ese es uno de sus sueños); pero el porcentaje de
miserables en Brasil crecerá, con lo que a medio plazo todos los problemas, incluidos
los relativos a la inseguridad, irán a peor.
- Por todos los dioses de todos los
Olimpos: dejad de mezclar religión y política. Votad a funcionarios, con
contrato temporal, pero no a Mesías, no a enviados del cielo para que os
rediman. En Europa hicimos eso mismo durante siglos; pero desde que dejamos de
hacerlo y salimos de la Edad Media, nos va mucho mejor.
Eu amo vocês e amo o Brasil. Tenham cabeça,
não olhem para o outro lado. Entrar no fascismo é fácil; para sair, os
espanhois demoraram quarenta anos…