FELIZ
2020 A TODO EL MUNDO...!
Lo que sigue es
el enlace a lo último que he compuesto: un tema que se llama
"Expectativas", por lo que me parece más que adecuado para recibir un
nuevo año.
Le atribuyen a
Picasso la memorable frase "la inspiración existe; pero te tiene que
pillar trabajando". No puedo estar más de acuerdo con ella. Y trabajando
en la preparación de La Leyenda de Estós, hace algunas semanas, me vino a ver
la idea de la que salió el tema que aquí os ofrezco, como regalo de Navidad.
No me voy a
enrollar mucho, pero creo que proceden tres puntualizaciones.
La primera: pido
disculpas por lo poquísimo que me asomo/muestro últimamente a este
ventanuco/escaparate. Se debe simplemente a que llevo una larga temporada con
mucho lio de trabajo y poco margen para sentarme a compartir. La vida es cambio
permanente, de modo que tarde o temprano regresarán tiempos en los que disponga
de más márgenes para compartir más cosas con todos vosotros.
La segunda va
referida a La Leyenda de Estós: he embaucado a un nutrido grupo de excelentes
profesionales para que me ayuden a dar forma compartible a algunos proyectos
musicales míos antiguos, y singularmente a La Leyenda de Estós y a Saberse Tierra.
De ambas, pero sobre todo de la primera, ya he hablado aquí en alguna ocasión,
pues se trata de una obra que tiene versión literaria y musical. Ahora andamos
con la musical, armando un espectáculo que incorpora imágenes, rapsodas,
bailarinas... Algo tirando a brutal, que aún está a medias pero del
que ya me siento orgullosísimo. Todavía no está rematado, ya digo, y falta además cerrar
dónde lo enseñaremos (habrán de ser teatros, o salas similares; y probablemente
varias), pero cuando tenga las cosas más claras no os preocupéis, que lo
publicitaré con todas mis fuerzas y todo mi corazón.
Y la tercera:
esta composición la grabé con ayuda de mi teléfono. Una chapuza impresentable,
lo reconozco. Pero hoy en día esos artilugios, que en realidad son pequeños ordenadores,
tienen la calidad suficiente como para dignos apaños; y además, mucha más
versatilidad para montar algo de forma prácticamente inmediata (la guitarra
eléctrica, que va soleando por encima, está grabada casi según la
componía). Pero, claro, un teléfono no deja de ser un teléfono, y casi acabando
la grabación de la segunda guitarra me entró una llamada. Se me puso a hervir
la sangre... pero era la tercera toma que grababa, la que me parecía más
conseguida (hay algunas entradas un pelín desajustadas; pero todas las ideas que se exponen me parecen interesantes), y no estaba dispuesto a dejar de tocar, por mucho que la llamada
insistiese. Ya tiraría después de Audacity o de algún otro programa al uso para
limpiar la intromisión. Pero antes de hacer nada, y muy contento con el
resultado, me puse a compartir lo grabado con algunos allegados, advirtiéndoles
de que "al final suena una llamada, que ya limpiaré. Cosas del
directo...". Y mi hija Irene me respondió: "¡Ni se te ocurra...! A
saber quién o para qué te llamaba; pero teniendo en cuenta que la composición
se llama Expectativas, se han marcado un poema ¿Podría haber algo
que evoque más nítidamente el concepto de expectativas que una
llamada de teléfono...? Obviamente, ahí sigue y seguirá por siempre la llamada
en cuestión.
Reitero mis
mejores deseos a todos para este año que empieza. Y a llenarlo de cosas dignas
de recordar.
Un abrazo,
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