Más música, que no sólo de comerse el
coco viven –he dicho viven, no sobreviven- tanto el hombre como la mujer… que
no son lo mismo, pero es igual.
Os presento a un trío bastante atípico
que tiene por nombre Asimetrío, y que está/estuvo (luego os lo explico), formado
por Neville Unwin a los teclados y clarinete; Paul Hench a la batería y
percusión; y el que suscribe a las guitarras y percusión. Los tres somos amigos
residentes en la sierra, cada cual con su propio recorrido (Neville es inglés
de nacimiento, aunque casado con una española y vecino de Santa maría de La
Alameda desde hace un montón de años; Paul es natural de EEUU, aunque de origen
croata, y tras recorrer parte del mundo lleva viviendo en Cercedilla cosa de
dos décadas; y yo… pues soy el pesado que escribe esto), y aunque llevábamos
años ya tocando intermitentemente juntos con otras formaciones (sobre todo Paul
y yo), acabamos armando el trío entorno al año 2005.
Asimetrío en 2008
La cosa salió sola, por afinidades de
gustos e intenciones, y su primera etapa duró siete años, hasta que hace un par
de ellos decidimos darnos un descanso. Cosas de la vida: nuevos proyectos de
unos y otros, necesidad de atender a otros asuntos, etc. Pero como los tres quedamos encantados del trabajo realizado y de sus posibilidades, no tendría
nada de raro que dentro de no mucho arrancara una segunda etapa del trío, al
que acaso le sobró asimetría en lo referente a trabajo de puertas
adentro/trabajo de puertas a fuera. Vamos que pisamos menos escenario de lo
habitual y recomendable, seguramente por culpa de un excesivo perfeccionismo y
pudor… ¡Yo con exceso de pudor…! Creo que es la primera vez en mi vida que me
ha pasado.
Asimetrío actuando en
una fiesta privada, en 2006
Pero, sea como fuere, dejamos
razonablemente bien grabado bastante material, prácticamente todo temas
nuestros, que partiendo de composiciones originales de alguno de sus miembros
(la mayoría de ellas de Neville o mías), adaptábamos y desarrollábamos entre
los tres, poniéndolas patas arriba y patas abajo hasta que lo que acababa
saliendo era mucho más que la idea de partida. Una gozada de trabajo que os
recomiendo, y que requiere de elevadas dosis de complicidad, iniciativa y tolerancia.
Un proceso singular que, al tiempo que ensalza tu ego, te lo reajusta a la
misma altura que el de tus co-creadores/compinches.
Y de estilos... pues para qué vamos a
hablar. Mejor nos oís, y cada cual que deduzca paternidades e influencias y nos
circunscriba donde le parezca. Mira, eso podía ser divertido: el que quiera,
que cuelgue comentarios sobre lo que opina, lo que puede ser muy
esclarecedor, pues seguro que entre los que citan a Oldfied, a Gershwin o a
Fripp, aparece alguno hablando de música para videojuegos o del mismísimo
Manolo Escobar.
Para arrancar, aquí os dejo un tema
especialmente envolvente: Whales diving.
Cerrad los ojos y meteros dentro de los
de una ballena. Lleváis un par de minutos en la superficie, tiempo más que
suficiente para renovar el aire de vuestros pulmones. Miráis al horizonte, y con
un gesto decido e impetuoso os sumergís de nuevo, para coger impulso y saltar hasta elevaros por completo fuera del agua, aprovechando después la fuerza de la caída para sumergiros en las
profundidades…
Que disfrutéis de la zambullida.
Y ya me contaréis…
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