domingo, 15 de marzo de 2015

Nueva Oleada del Barómetro Demoscópico Personalizado

En estos tiempos revueltos que nos están tocando en suerte no paran de pasar cosas, y por ello la sensibilidad y querencias de mi universo unipersonal no dejan de moverse. Total, que he decidió plantear una nueva campaña masiva de encuestas, que me cubra por completo, para sondear el estado de la cuestión.
Tengo que señalar que me he encontrado un poco más mosqueado y menos festivo que durante la oleada anterior, porque la mayor parte de las cosas que han pasado, políticamente hablando, no son del todo ejemplares. Además, he percibido en mí ciertos cambios de criterio, a medida que las gentes se retrataban y las cosas aparecían cada vez más claras. Entre ellas, y como más gordo, a saber
  • IU prácticamente ha dejado de existir. Los que quedan parecen los náufragos de la balsa de la Medusa ¿Cómo se va a confiar en ellos para nada, si son una estampida impúdica, un sálvese el que pueda?


  • En el PSOE siguen a lo suyo, sublimes. Como candidato a la comunidad de Madrid, y tras una traición en toda regla, han puesto a un cascabel, un terremoto, un auténtico tigre… que si llega al 20%, ya puede aplaudir con las orejas. Y Susanita, sin limpiar su casa de chorizos y sacando pecho —no es un chiste machista— sobre cómo va a cambiar Andalucía, si le dan una mayoría suficiente ¿Acaso necesita que le recuerden que los suyos llevan gobernando aquello desde hace 33 años, y que Andalucía es la región más pobre de España y con más paro de Europa?

  • En el PP tampoco parecen enterase de nada. En Madrid están que se salen, venga a repartirse navajazos y con Esperancita más chula que siete ochos, que va y se planta en una manifestación antiabortista, de nostálgicos de Gallardón y opuestos a Rajoy. Dentro de poco tendrán más gente dentro de la cárcel que fuera, pero no han hecho ni la más mínima autocrítica: resulta que han sido unos desalmados (sienes y sienes de desalmados), que se les habían colado para chupar, pero ellos no tienen la culpa de nada. De nada, salvo de la milagrosa recuperación económica que nos tiene a todos explotando de gozo ¿Esa gente pisa la calle? ¿Pero a quién coño le va tan bien como dicen? Si alguien lo conoce, que por favor me lo presente.
  • Las campañas contra PODEMOS arrecian, cada vez más peregrinas, vacías, idiotas. Ahora, que empieza a estar claro que esa gente tiene sobre todo corazón, pero poquísimas e inconcretas ideas, en lugar de sacar eso a colación, se empeñan en fabricar un “caso Monedero”, un “caso Errejón”, sustanciados en ridiculeces irrelevantes, con la esperanza de que la gente llegue a la conclusión de que “no, si esos también son unos chorizos, como todos”. Para mí que no está colando; pero si lo hiciera… ¿qué otra cosa podría estarse abonando así, salvo una masiva abstención?
  • Los de CiU superan en sarcasmo corruptivo a los del PP: una banda familiar de criminales se les ha estado llevando —a ellos y a todos nosotros— cientos de millones de euros… y no es ya que no hagan autocrítica, es que ni siquiera abjuran de Yoda y sus vástagos, a quienes únicamente cierta elegancia les diferencia de la camarilla de Gil y Gil. Pero eso no tiene importancia, lo importante es ser modernos y levantar nuevas fronteras, que es obviamente hacia donde apunta el progreso de la humanidad.


  • De Ciudadanos cada vez se oye hablar más, y méritos propios aparte, para mí que parte de la responsabilidad la tienen los dos grandes: ambos los consideran centristas puros con los que aspiran a pactar para alcanzar el poder, y como su nicho político fundamental es hoy en día el de los descontentos y apóstatas de los partidos de siempre, pues cuanto más pesquen ahí menos peces quedarán para Podemos, que es el enemigo de todos.

En vista de todo lo anterior, y de otras novedades en las que no me detendré para no aburrir, me he encuestado de nuevo, por completo. La cocina donde se trata la información ya fue desvelada en una anterior entrada (Barómetro Demoscópico Personalizado), de modo que paso ya directamente a ofrecer resultados.

Con respecto a la anterior oleada, cantan básicamente dos cosas: La primera, mi nivel de simpatía global hacia los partidos políticos ha caído considerablemente (hace mes y medio la “Suma de mis simpatías” alcanzaba 298 puntos, un 20 % más que ahora), fruto del desencanto/desengaño sufrido ante algunas formaciones en descomposición, y otras que se empeñan en retratarse, quedando cada vez más en evidencia. Y la segunda, que mi orientación política global —más de zocato que de diestro, aunque sin exageraciones— se mantiene; pero mi poliedrismo se traduce en una cámara que tendría que hacer encaje de bolillos para engendrar un gobierno:


Si cuando os enseñé el juguete ya echasteis una primera partidita, os sugiero que de vez en cuando os juguéis otra, como acabo de hacer yo ahora. Ayuda a desestresar, porque desde tu omnipotencia política onírica te puedes permitir el lujo de castigar a los malos y premiar a los buenos de un plumazo, según tu único criterio. Y también te ayuda a conocerte: yo me he quedado un tanto sorprendido al ver cómo en mi universo tiende a menguar la izquierda tradicional y a medrar el centro. A lo mejor son los años. La perspectiva, vaya…
Y a vosotros, ¿qué os sale? Si con lo que ha caído en los últimos meses, vuestras filias y fobias siguen en el mismo punto, o sois más fieles que Penélope o es que sois refractarios a las novedades; cosa que a su vez tiene al menos dos ángulos de interpretación:
-       Tenéis tanta madurez que los hechos puntuales no cambian vuestra perspectiva.
-       Tenéis tan poca madurez que os asusta reconocer errores y cambiar de ideas.
Fíjate tú: aquí el Poliedro, que parecía que estaba simplemente jugueteando, a cuenta de los vaivenes de la política, y al final va y nos planta un diván, para ayudarnos a someter a examen la solidez de nuestras convicciones…

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