viernes, 20 de enero de 2017

El día de la Infamia

Últimamente intento prestarle más atención a la poesía o a la filosofía que a la política. Pero por dignidad y vergüenza, tengo al menos que dejar aquí una breve nota de actualidad, para que nadie pueda después echarme en cara que miré para otro lado, como tantas veces y en tantas ocasiones ha pasado… y no pondré ahora ejemplos (¿alguien estaba pensando en los millones de alemanes que miraron para otro lado fingiendo que no sabía lo que Hitler estaba haciendo?), para no cargar las tintas más de lo que ya se van a cargar ellas solas, apenas con una sucinta descripción de la realidad.
Hoy toma posesión como 45ª presidente de los Estados Unidos de América Donald Trump. Hoy es el día de la Infamia.
Que exista gente como él es triste, y da cuenta de lo mucho que le queda aún por evolucionar a la humanidad. Ahora, que sea presidente de la primera potencia económica y militar del mundo, es patético. Tanto más, habida cuenta de que ha sido elegido democráticamente (¿otra vez pensando en Adolf y en cómo llegó él al poder? ¡Qué mala intención tenéis…!)
Este tipejo, por mucho que le hayan votado sesenta millones de sus compatriotas (2,5 millones menos de los que votaron a Clinton), es la panacea de la zafiedad. Es profundamente inculto, soberbio, prepotente, machista orgulloso de serlo, racista hasta la médula, xenófobo, ultra ortodoxo, homófobo, islamófobo, irrespetuoso, maleducado hasta lo paródico… Lo tiene todo, es un compendio casi perfecto de lo peor que ha dado la civilización occidental.
Aplaude el atavismo colonial del Brexit (cómo no iba a hacerlo: cuanto más débil sea Europa, mejor para su América Imperial), no cree en el cambio climático y va a sacar a EEUU del Acuerdo de París (mira que yo digo cosas raras del Cambio Climático, como que lo mismo acaba siendo bueno para la humanidad, a medio plazo; pero dudar de su existencia es como dudar de que la Tierra es esférica), se va a cargar el acuerdo que permitía impedir la nuclearización de Irán, va a torpedear la apertura al mundo de Cuba, ya está amenazando seriamente a China… Y TIENE EL BOTÓN ROJO DE LAS ARMAS NUCLEARES EN SU MESILLA DE NOCHE…
Como comenté el día de las infaustas elecciones (al margen de que a mí la Sra. Clinton no me caiga especialmente bien, y que sospeche que la clase política americana no debe ser muy diferente de la europea….), ni Obama salvó el mundo (¡qué desproporcionado lo de darle el Nobel de la Paz!), ni Trump será capaz de hundirlo. Pero ciertamente no parece que vayan a venir buenos tiempos para la lírica… ni para casi nada.

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