viernes, 26 de diciembre de 2014

¡Ya vienen los Reyes...!


De las fiestas navideñas, mi preferida de largo es la de los Reyes Magos. Noche Buena y Navidad son encuentros familiares, lo que siempre es grato… aunque a veces no sea precisamente sencillo. Es el momento de cantar villancicos, comer mucho y bien, y todo eso. Fin de Año es la fiesta menos familiar de todas esas celebraciones, y según la etapa de tu vida en la que te encuentres, puede ser el día de armarla con tus amigos, el del encuentro romántico con tu pareja, o el de hacer un viaje para que la cosa te pille en un lugar insólito. 
La fiesta de Reyes, al margen de que sea algo casi exclusivo del mundo hispano, en casi todas partes es una celebración totalmente centrada en los niños. Obviamente, en mi casa los niños también son el alma de la fiesta. Pero en mi familia la celebramos de una forma realmente especial, distinta de todo lo que yo he llegado a conocer. Los elementos básicos son los mismos; pero dos o tres matices y ritos peculiares convierten aquello en algo realmente único. Todo aquél que lo ha llegado a conocer ha quedado sorprendido y encantado. Aunque, advierto desde ya, se trata de una fiesta absolutamente exclusiva, en la que sólo se puede participar si se hace plenamente: no se admiten visitas, bajo ninguna circunstancia, y este extremo nos ha costado algún que otro desencuentro con amigos o similares que han intentado ocasionalmente apuntarse.
La fiesta de Reyes de los Ferradas no es un secreto, y los que la celebramos le hemos contado la mecánica de la cosa a muchísima gente. Pero tengo que reconocer que, hacerlo ahora aquí, vox populi, me da un pelín de pudor. En fin, vamos a ello. Y el que quiera, que intente hacer algo parecido. Ya verá como no se arrepiente.
Lo primero que tengo que señalar es que no sé de dónde viene esta tradición familiar. Es decir, de dónde viene esta modalidad. Sí sé que, como mínimo, los Reyes se celebran así en mi familia desde hace algo más de 50 años. No sé si antes era igual, o sólo parecido, pero no importa.
Los elementos básicos de la historia, son los siguientes:
Todos nos regalamos a todos, a excepción de los niños pequeños, claro. Cada núcleo familiar (los Ferradas García por aquí, los Suarez Ferradas por allá, etc.), suele constar de entre ocho y doce personas, de modo que a cada cual le toca hacer ese número de regalos, conforme a su presupuesto, y también son los regalos que recibirá como mínimo, pues a veces hay quien hace más de un regalo a alguien en concreto. Todos regalamos a todos (aunque sean regalos de un euro, eso no importa), desde el año en que nos enteramos de que los Reyes no son unas realidades misteriosas, sino la gente que te quiere. Nada menos.
- Con días de antelación, se hacen saber —o se indagan— los deseos, necesidades y preferencias de cada cual, ya sé mediante las célebres cartas, preguntando, comentando, etc. Aquello acaba convirtiéndose lógicamente en una película de espías, intercambiando todos de forma cruzada un montón de información para no repetir regalos, para aclarar dudas, etc.
 Todo ha de ser absolutamente secreto, por sorpresa. Vale intrigar, dar pistas falsas de todo tipo, inventarse lo más insólito… Pero nadie debe saber a ciencia cierta qué es lo que va a encontrarse la mañana del día 6.
La mecánica de la cosa, es la siguiente:
Si aún quedan niños pequeños en la casa en donde se celebran los Reyes, se hace lo que corresponda para que ese día estén rendidos y se acuesten temprano.
- El anfitrión debe tener preparado, en un cuarto discreto, bolsas grandes con el nombre de los participantes. Además, obviamente, de cantidades generosas de bebida y algo de picar, en la cocina o en la zona de avituallamiento que se halla habilitado a tal fin.
- En el salón de la casa, el anfitrión tiene que colocar –como en un anfiteatro– sillas, sillones, mesas o lo que corresponda, para que haya tantos espacios como participantes. Y para saber cuál es el espacio de cada cual, se colocan delante los correspondientes zapatos.
- Los participantes, según van llegando, se dirigen al cuarto de las bolsas y meten allí, separadamente, los  regalos. Después colocan los zapatos que han traído específicamente para ello frente a la silla, sillón o trozo de mesa que se les haya asignado. Luego se van a la cocina y hala, a comer, beber, bromear e intrigar sobre los regalos, diciendo de todo menos la verdad.
- A medida que llega gente las bolsas se van llenando de regalos, al igual que la cocina de juerga; aunque lo más contenida que se puede, por aquello de los niños.
- Cuando ya está todo en las bolsas, y los pequeños están con seguridad dormidos, empieza la colocación de los regalos, comenzando por los niños: se traen las bolsas y se van colocando en su sitio como si se tratase del más deslumbrante escaparate.

- Después tiene que salir un voluntario, acaso el más cansado, el más mayor, o el más “nuevo” (por ejemplo: una pareja de reciente incorporación al clan), al que se le manda a la cocina a seguir tomando y a esperar, mientras el resto le arma su escaparate.
- Uno a uno, se van armando los escaparates, y la cocina va aumentando su concurrencia. De cuando en cuando, es casi obligatorio que uno de los que está armando escaparates se acerque a la cocina a intrigar, a dar pistas falsas sobre el número de regalos de éste o aquél, sobre lo bonita que es tal o cual cosa, que sin duda cambiaría por cualquiera de las suyas, etc.
- Cuando al final sólo quedan dos, uno de ellos sale, y el otro coloca sus regalos. Después, los cubre con una sábana y sale él. El que había salido primero entra, y sin ver sus regalos (cubiertos por la sábana), coloca los del que acaba de salir.
- Tras finalizar la colocación, se toma la última cerveza en la cocina, se bromea e intriga, y se pacta la hora razonable de entrar a ver los regalos, al día siguiente.
- A la hora pactada, se reúnen todos los participantes y se ponen en fila india delante de la puerta del salón, por riguroso orden de estatura.
 Se abre la puerta y… ¡magia!: los Reyes han traído un montón de regalos para todos…

- Después de ver cada cual lo suyo y lo de los demás, de probarse ropas, poner a funcionar juguetes, etc., se toma un buen desayuno con Roscón de Reyes, y hasta el año siguiente.
Espero que este año hayáis sido todos muy buenos y los Reyes os traigan muchos regalos. Y por si a Sus Majestades no se les ocurre nada, aquí os dejo un par de ideas:
Seguro que la mayoría de los que aquí os asomáis no habéis leido las primera entradas que colgué en este blog. A mí me pasa: cuando doy con algún blog interesante rara vez me asomo a entradas muy antiguas, salvo que esté buscando algo en concreto.
Pues entre mis primeras entradas se encuentran referencias a dos libros que tengo publicados y que podrían ser un magnífico regalo para estas fiestas. Se tratan de la novela Los escritos del músico, y del conjunto de relatos Desasosiego.
La novela narra un viaje interior, con un pie en la esperanza y otro en esa cobardía que hace que nuestros sueños parezcan más inalcanzables de lo que son.
Y los cuentos —18 en total— describen situaciones y sucesos diversos, engarzados por un hilo sutil de inquietud, un destemple del alma que nos conecta con dimensiones secretas de la existencia, evidenciando que la diferencia entre lo mágico y lo real la mayoría de las veces es tan sólo una cuestión de enfoque.
 Felices fiestas a todos Y en especial, ¡FELICES REYES…! 

1 comentario:

  1. Felicidades Miguel! por ayudar a mantener esta tradición familiar de la fiesta de los Reyes Magos, mostrando el estilo de la Familia Ferradas… Cada familia puede marcar su estilo “poliédrico”, pero seguro hay un fondo común en la magia de esa noche. Es muy bueno y necesario que en estos días de la navidad profundicemos en el sentido de todo esto ¿quiénes son esos hombres sabios? ¿por qué les recordamos?... Más allá de la magia, el sentido de la venida de los Reyes tiene, una simbología que no debemos perder, es una fiesta de Adoración, un gesto de unos magos que, tras siglos de búsqueda encuentran y adoran a Dios en un niño recién nacido.. un Niño que desde su pobreza nos enriquece... Quizá nos esté diciendo también hoy que desde lo sencillo y lo humilde podemos descubrir lo grande, lo magnífico, lo maravilloso de la vida..
    Un saludo y felices Reyes!
    Nacho

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