sábado, 12 de diciembre de 2015

Reflexiones breves, pero intensas (VI)

Con independencia de las creencias de cada cual, la Navidad es universalmente aceptada como la fiesta de la paz, la ilusión, los buenos deseos y los buenos sentimientos. Es el día en el que todos estamos autorizados para ser John Lennon, e imaginar sin pudor el más idílico de los mundos. Desde esa perspectiva ¿cómo es posible que alguien pueda difundir la imagen siguiente?:


“No sé si soy capaz de imaginar un acto de mayor perversión moral que felicitar la Navidad haciendo posar a tu hijo pequeño empuñando una máquina de matar personas. Instintivamente, pienso que algo así sólo puede ser obra de un psicópata, de alguna clase de enfermo mental. Pero me temo que no: se trata de la congresista estadounidense republicana por Nevada Michele Fiore.
Michele: mientras exista gente como tú no podrá haber una sola Navidad feliz. Mientras tu paleolítica perspectiva de “el fin justifica los medios y sólo los míos importan” no quede atrás, la felicidad seguirá siendo un sueño inalcanzable para los tristes habitantes de este planeta”.

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