miércoles, 2 de diciembre de 2015

Reflexiones breves, pero intensas (IV)

Que no se me ofendan los docentes: en absoluto postulo que, lo que sigue, sea de aplicación general; pero seguramente conoceréis algún caso que encaja que ni pintado. Lo leí en un cartel que tenía detrás de su mesa mi profesora de botánica, en segundo de carrera, y decía más o menos así:

" Hubo un hombre, hace ya muchos años, que decidió ser el mejor cazador de dragones del mundo, y a ello dedicó todos sus esfuerzos. Aprendió todo de la vida y costumbres de los dragones, sus múltiples variedades y razas y todas las técnicas posibles para acecharlos y cazarlos. Pero cuando ya lo sabía todo y quiso poner en práctica sus habilidades, descubrió que los dragones hacía ya años que se habitan extinguido. Lejos de descorazonarse, aquél hombre montó una academia, en la que enseñó a cazar dragones; y hoy en día es un hombre rico."

 

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